domingo, 15 de diciembre de 2019

Navidad: Silencio Elocuente | Gran Priorato De Hispania | GPDH




Masonería Cristiana
Fuente
Gran Capellanía
de la Orden


«Considera, hombre, lo que Dios se hizo por ti; reconoce la doctrina de tan grande humildad aun en un niño que no habla»

(San Agustín, Sermón 188, 3: PL 38,1004).


Queridos Hermanos:


La Navidad es el misterio del gran silencio de Dios. El Padre pronuncia una sola Palabra, su Verbo. “La Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros” (Jn 1, 1-18). Un Verbo que se hace silencio en la humildad del pesebre; en un Niño que gime pero que no habla, y sin embargo allí se encuentra la “Sophia” elocuente del Eterno. Sin palabras “Todo” se nos dice.

 Cuando un silencio apacible envolvía todas las cosas … tu Palabra omnipotente se lanzó desde el cielo” (Sab 18,14-15). Es necesario callar para escuchar, como al inicio de un concierto. Al inicio de nuestro camino iniciático se nos recomendaba el silencio como virtud, porque el discípulo tiene que escuchar al maestro. ¡El mundo de hoy es tan ruidoso! Los hombres tienen embotados sus sentidos por tantas voces discordantes que no pueden oír y distinguir la voz de Aquel que los llama desde el silencio. En el silencio del corazón, en esa cámara secreta dónde habita el “Maestro Interior”, es dónde se encuentra la “Palabra Perdida”.


Retírate a tu habitación, cierra la puerta y ora a tu Padre que está en lo secreto” (Mt 6,6). La habitación es el alma, pero también el templo, dicen los Santos Padres. ¿Qué secreto puede ser mantenido sin silencio? Es en el secreto de la conciencia dónde se puede oír la voz de Dios, es en la noche silenciosa dónde Dios habla a Samuel. Hace falta silencio para que Dios pueda hablar y nosotros escucharle. San Ignacio de Antioquía dice que al Señor se le conoce en su silencio.


El Verbo se hace carne y lo contemplamos niño: “infans», en latín, lo que significa literalmente “que no habla». La Palabra no sabe hablar. El silencio de Dios invita a la contemplación, a la admiración, a la adoración. El Verbo se ha abreviado, dicen los Padres de la Iglesia: el Hijo de Dios se ha hecho pequeño para que la Palabra esté a nuestro alcance, signo silencioso y tierno que pide amor. “Cuando un sereno silencio lo envolvía todo y la noche estaba a la mitad de su curso», reza el libro de la Sabiduría, bajó a la tierra “desde el Cielo tu omnipotente Palabra» (Sb 18, 14-15).


Queridos Hermanos, el silencio custodia siempre el misterio, también nuestro misterio del encuentro con el Señor. El silencio es precisamente la nube que cubre el misterio de su santa presencia en nosotros. Hagamos silencio, enmudezcamos ante tan gran misterio, para que esta Navidad la Palabra hecha carne resuene con fuerza inusitada en nuestros corazones.


Desde esta Gran Capellanía os queremos desear a todos vosotros y a vuestras familias, una Feliz Navidad y un Nuevo Año 2020 lleno de paz y de bendición.



Masonería Cristiana
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GPDH

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