miércoles, 27 de febrero de 2019

Consagración del Gran Priorato De Hispania / GPDH


Masonería Cristiana
Fuente imagen
espanafascinante.com | Castillo de Monzón en Huesca

El día 5 de abril de 2003, en el Castillo Templario de Monzón , Huesca, se llevó a cabo la Consagración del Gran Priorato De Hispania (GPDH), por parte del Gran Priorato De Las Galias y su Gran Prior, Daniel Fontaine, siendo instalado Gran Prior Ramón Martí Blanco.

A partir de esta fecha, y por primera vez en la historia de la Masonería en España, el Régimen Escoces Rectificado (R.E.R.), comienza a dar sus pasos.



Castillo Templario de Monzón en Huesca



El castillo de Monzón está situado en lo alto de un cerro que preside la localidad, con lo cual su perfil es visible desde casi cualquier punto de la trama urbana. 

Edificado en el siglo X bajo periodo de dominación árabe, esta fortaleza pasa a manos cristianas tras la conquista de la población por Sancho Ramírez en 1085. 

En 1143, el testamento de Alfonso I el Batallador señala a la orden del Temple como la nueva propietaria del castillo, que comienza así una época de esplendor como cabeza de una importante encomienda. 

Bajo dominio templario, este lugar presenció importantes episodios históricos como la educación del joven rey Jaime I. 

Tras la desaparición de la orden, el castillo de Monzón pasó por las manos de varios señores que marcaron el inicio de su posterior declive. 

Su aspecto actual es resultado de sucesivas reformas y remodelaciones fruto del paso de los siglos y que han legado espacios tan interesantes como su sala capitular, las torres del homenaje y de Jaime I, la iglesia de San Nicolás o las caballerizas.



lunes, 25 de febrero de 2019

Historia Cronológica del R.E.R.





Compéndio de la historia cronológica

del R.E.R. En Francia y España
Hasta nuestros días


1773-1774

1773-1774, Jean-Baptiste Willermoz y sus Hermanos de Estrasburgo, Lyon y Burdeos se hacen “rectificar”, es decir, recibir en el sistema alemán conocido como Estricta Observancia Templaria. Se constituyen los tres Directorios franceses de Lyon, Estrasburgo y Burdeos del Régimen Escocés Rectificado.

1776

Se firma un Tratado de Unión entre los Directorios del Régimen Rectificado y el Gran Oriente de Francia. Artículo 6: “El Gran Oriente y los Grandes Dignatarios, conservarán cada uno, respectiva y exclusivamente, la administración y disciplina sobre las Logias de su Rito y su Régimen”.

1778

Entre el 25 de noviembre y el 10 de diciembre de 1778 se lleva a cabo el Convento de las Galias en Lyon, Francia. Adopción del “Código Masónico de las Logias Reunidas y Rectificadas” y del “Código General de la Orden de los Caballeros Bienhechores de la Ciudad Santa”, que son los Códigos del Régimen aún en vigor.

Creación del Priorato de Helvetia (Suiza)

1782

Entre el 16 de julio y el 1º de septiembre de 1782, Convento en Wilhelmsbad, cerca de Anau, en Alemania. Generalización en Europa del Régimen Rectificado.

El Priorato de Helvetia deviene Gran Priorato

1789

5 de mayo de 1789 estalla la Revolución en Francia, abriéndose en el país un período de inestabilidad en todos los aspectos que durará hasta el 9 de noviembre de 1799, en que Napoleón Bonaparte da el golpe de estado que pone punto y final al proceso revolucionario, dando paso a la nueva etapa del consulado. Durante la etapa revolucionaria, la actividad del Régimen Rectificado en Francia fue nula, manteniéndose vivo no obstante en Suiza.

1793

2 de febrero de 1793, fundación de la Logia “El Centro de los Amigos” por la transformación de la antigua Logia de Guardas Suizos Guillermo Tell, fundada el 25 de junio de 1778.

Reconstitución del Directorio (Prefectura) de Besansón en Francia.

1808

8 de noviembre de 1808, la Logia “El Centro de los Amigos”, a petición suya, y por decisión de J.B. Willermoz, se une al Régimen Escocés Rectificado y se convierte en Directorio (Prefectura) de Neustria.

1811

14 de junio de 1811, Tratado de Alianza entre el Régimen Escocés Rectificado y el Gran Oriente de Francia (renovacion del de 1776).

Despertar efímero de la Prefectura de Neustria.

Despertar de la Prefectura de Besansón en la que los trabajos proseguirán más allá de 1860.

1910

11 de junio de 1910, E. de Ribaucourt, C. Savoire y G. Bastard, miembros del Gran Oriente de Francia, son armados C.B.C.S. en Ginebra (Suiza). Ese mismo día el Gran Priorato Independiente de Helvetia (G.P.I.H.) crea una Encomienda en París dependiente de la Prefectura de Ginebra y hace entrega a Ribaucourt de una Patente con vistas a la constitución de la Prefectura de París y a volver a poner en marcha el Directorio de Neustria. Ese mismo día, despertar de la Logia “El Centro de los Amigos”, que será reconocida por el G.O.D.F. el 15 de marzo de 1911.

Entre los días 15 al 18 de abril de 1911, Tratado de Alianza y Amistad entre el G.P.I.H. y el G.O.D.F. (Gran Oriente De Francia)

1913

5 de noviembre de 1913, la Logia “El Centro de los Amigos” deja el G.O.D.F.

20 de noviembre de 1913, la Gran Logia Nacional Independiente y Regular para Francia y las Colonias Francesas (G.L.N.I.R.), creada por las Logias “El Centro de los Amigos” y “La Inglesa 204” de Burdeos, es reconocida por la Gran Logia Unida de Inglaterra.

25 de noviembre de 1913, el G.P.I.H. denuncia el Tratado de 1911 con el G.O.D.F. por no respetar éste último sus estipulaciones (la prohibición de modificar los rituales).

6 de diciembre de 1913, primera Constitución de la G.L.N.I.R.: “Los trabajos serán estrictamente conformes a los Rituales del Régimen Rectificado en todas las Logias. Estos rituales fueron establecidos en 1778 y confirmados en 1782” (Artículo II). Esta Constitución es abrogada y sustituida el 4 de noviembre de 1915.

1924

Abril de 1924, después de infructuosas negociaciones, el G.P.I.H. declara que considera la G.L.N.I.R. como “irregular en tanto que Potencia Rectificada”.

1933

19 de septiembre de 1933, Camille Savoire, que había permanecido en el G.O.D.F., instala en el seno del Gran Colegio de Ritos una sección para el Rito Rectificado, tomando el título de Gran Prior.

1935

Despertar del R.E.R. En Francia

23 de marzo de 1935, C. Savoire y varios otros dejan el G.O.D.F. Ese mismo día el G.P.I.H. instala la Prefectura de París y la erige en Gran Priorato de las Galias (G.P.D.G.).

Entre los días 20 y 23 de marzo de 1935, el G.P.D.G. recibe Carta constitutiva para la instalación de la Prefectura de París, bajo la égida del G.P.I.H., y Cartas Patentes para reconstituir el Régimen Escocés Rectificado en Francia, bajo la obediencia del Gran Directorio de las Galias.

Entre los días 5 al 25 de julio de 1935, Tratado de Alianza y Amistad entre el Gran Directorio de las Galias y el G.P.I.H. (que reproduce en gran parte el anterior Tratado de 1911, entre el G.P.I.H. y el G.O.D.F.).

24 de octubre de 1935, creación de la Gran Logia Escocesa Rectificada.

1938

21 de febrero de 1938, el Gran Priorato Independiente de Helvetia recuerda oficialmente que los derechos sobre el Rito Escocés Rectificado en Francia han sido transmitidos por éste al Gran Priorato de las Galias (G.P.D.G.), restituyendo con ello el depósito recibido en 1778 cuando el Convento de las Galias.

1939 

Septiembre de 1939 hasta junio de 1947, pase a sueños del G.P.D.G. a causa de la guerra y las persecuciones anti masónicas en Francia.

1944

Finales de 1944, puesta en vigor de los trabajos de la G.L.N.I.R., que se transformará posteriormente el 29 de octubre de 1948 en Gran Logia Nacional Francesa (G.L.N.F.).

1949

31 de diciembre de 1949, vuelta a las relaciones entre el G.P.I.H. y el G.P.D.G.

1954

27 de enero de 1954, el G.P.I.H. confirma al G.P.D.G. la Carta y las Cartas Patentes de 1935.

1958

7 de julio de 1958, firma de un Acuerdo entre la G.L.N.F. y el G.P.D.G., en virtud del cual el Gran Priorato de las Galias decide la disolución de la Gran Logia Rectificada y cede la gestión de los tres primeros grados a la Gran Logia Nacional Francesa, bajo cuya autoridad deja sus Logias de San Juan, con el compromiso de ésta de que la práctica de estos grados se hará conforme al Código masónico de las Logias Reunidas & Rectificadas de 1778, quedando las Logias de San Andrés y su Directorio, así como los Capítulos de la Orden Interior, bajo la autoridad del Gran Priorato de las Galias.

1965

21 de octubre de 1965, “Adicional” al “Acuerdo” de 1958, firmado de una parte por la G.L.N.F. y por la otra por el G.P.D.G. y el Directorio Nacional de Masones Escoceses de San Andrés.

1982

Inicio del R.E.R. en España

Diciembre de 1982, la Gran Logia Nacional Francesa crea la Gran Logia de España a partir de las Logias de españoles que tenía agrupadas en su Distrito de España. Entre las Logias fundadoras figuraba la R.L. Guillem de Montrodón, creada el 21 de septiembre de 1981 por la G.L.N.F. y patentada con el número 272. Esta Logia, que desde el primer momento trabajó el Rito Escocés Rectificado, constituye el principio del Régimen Escocés Rectificado en nuestro país y será la primera de las Logias del R.E.R. que posteriormente se crearían en el seno de la G.L.E.

1984

10 de enero de 1984, “Declaración común” entre el Gran Maestro de la G.L.N.F. y el Gran Prior/Gran Maestro Nacional del G.P.D.G., declaración ratificada posteriormente el 21 de enero de 1991 en un “Documento de síntesis”.

1989

19 de noviembre de 1989, el Gran Priorato de las Galias crea en España el Directorio que regirá en lo sucesivo las Logias de Maestros Escoceses de San Andrés y posteriormente, el 10 diciembre del mismo año, instala al Prior de España, creando con ello el Priorato de Hispania.

1993

22 de marzo de 1993, el Gran Priorato de las Galias, a solicitud de un grupo de C.B.C.S. españoles, otorga Carta Patente que permite constituir Logias Rectificadas de la clase simbólica (de San Juan y San Andrés) así como Encomiendas y Prefecturas de la Orden Interior.

1994

8 de Enero de 1994, el Gran Priorato de Inglaterra y Gales crea en Barcelona un Gran Priorato Templario, el Gran Priorato de España. A partir de ese momento, y en cumplimiento de los acuerdos internacionales entre Grandes Prioratos que solo permiten la existencia de un Gran Priorato por país, el Gran Priorato de las Galias se ve obligado a abandonar el territorio español, pasando las dos Prefecturas de C.B.C.S. existentes y las Logias de Maestros Escoceses de San Andrés a depender administrativamente del nuevo Gran Priorato Templario.

2000

13 de junio de 2000, la G.L.N.F. (Gran Logia Nacional Francesa) rompe unilateralmente y sin previo aviso los acuerdos firmados entre ésta y el G.P.D.G. (Gran Priorato De Las Galias) Como consecuencia de ello, el Gran Priorato de las Galias, otorga Cartas Patentes a las Logias de San Juan e Rito Escocés Rectificado que habiéndose marchado de la G.L.N.F. se lo solicitan.

2003

13 de enero de 2003, los Hermanos españoles del R.E.R., cansados de la incomprensión y continuas trabas impuestas para desarrollar el Régimen Escocés Rectificado en España con normalidad, deciden abandonar la G.L.E. (Gran Logia Española) y el G.P.E. (Gran Priorato Español), solicitando al Directorio de las Logias Reunidas y Rectificadas del Priorato de Hispania cartas patentes para trabajar el R.E.R. con Regularidad. En esta misma fecha, el Gran Priorato de las Galias reconoce inmediatamente al Priorato de Hispania.

25 de enero de 2003, el Directorio de las Logias Reunidas & Rectificadas del Priorato de Hispania entrega Cartas Patentes a las RR. LL. Guillem de Montrodón nº 1, Tau nº 2, Caballeros de la Rosa nº 3 y Luz Interior nº 4, instalando a sus Venerables Maestros.


Constitución del Gran Priorato De Hispania











sábado, 23 de febrero de 2019

Jean Baptiste Willermoz | Fundador del R.E.R.




Por Jean-François Var

Extractos del Libro


Jean Baptiste Willermoz nació en Lyon el 10 de julio de 1730, y murió en la misma ciudad el 29 de mayo de 1824. (a los 94 años).


Fue un Masón de una envergadura excepcional, de aquellos que no se dan muchos en un siglo. Resulta innegable que ha sido una de las personalidades más eminentes y considerables de la historia de la Masonería – especialmente de la Masonería francesa, aunque no únicamente de ella– y que ejerció sobre su evolución, una influencia determinante. 

Verdadero padre fundador del Régimen Escocés Rectificado, fue el arquitecto en jefe de un edificio que todavía subsiste duraderamente, a pesar de haber sufrido sorprendentes vicisitudes de todo tipo. 

Proveniente de una antigua familia burguesa de Saint-Claude, cerca de París (cuyo patronímico se ortografiaba Vuillermoz), y que, según documentos aportados por la propia familia, eran de origen español; su padre se instaló en Lyon como comerciante mercero.

Jean-Baptiste, el mayor entre doce hermanos de ambos sexos, fue muy pronto proyectado a la vida activa. A la edad de 14 años, entraba como aprendiz al servicio de un comerciante de sederías, y a los 24 montaba su propia empresa de manufactura. Poco antes de Wilhelmsbad, una nota lo describe como “fabricante de tejidos de seda y plata y comisionista en sederías.” En 1782 vendió su establecimiento, conservando no obstante intereses en el negocio de mercería de su hermano Antoine y de su cuñado Pierre Provensal, marido de su hermana mayor Claudine. 

A pesar de consagrar a la Francmasonería lo esencial de su larga vida, se comprometió activamente en la vida de su ciudad, conforme al espíritu de las reglas que él mismo había dictado para los Caballeros Bienhechores de la Ciudad Santa; es decir, poniendo sus facultades de organizador y administrador al servicio de la religión y la beneficencia en su más amplio término. En esta línea, fue sucesiva o simultáneamente, administrador del hospital (durante el peligroso período del Terror, en 1793), luego lo fue de los hospicios civiles de Lyon, miembro del consejo parroquial de San Policarpo; como consejero general del departamento del Rhôn, se ocupó de la instrucción primaria, acabando por ser un agricultor apasionado... Willermoz lo fue todo, salvo un Masón de salón.

Sin embargo, es por su obra masónica que ha pasado a la posteridad. Iniciado en 1750 a la edad de 20 años en una logia cuyo nombre se ignora, franqueó muy rápidamente todos los escalones. Elegido Venerable apenas dos años más tarde, en 1752, siente la necesidad de poner orden en una situación “marcada por abusos a los que cada vez se les daba mayor crédito”, contribuyó a formar, en 1760, la Gran Logia de los Maestros Regulares de Lyon, reconocida en 1761 por la Gran Logia de Francia.

Después de haber sido su Presidente entre 1762-63, obtiene poder ser “Guarda de sellos y archivos”, función que debería ser de su preferencia, pues la ocuparía en todos, o casi todos los organismos a los que perteneció, y que le permitía sacar partido de la correspondencia de negocios que mantenía con Europa entera, pudiéndose librar de este modo a una de sus actividades favoritas: recoger, estudiar y comparar los rituales de todos los grados posibles. 

Y ello, no por gusto de coleccionista, sino por razones mucho más profundas, las cuales expondrá en una carta de noviembre de 1772 al barón de Hund, fundador de la Estricta Observancia: 

“Desde mi primera admisión en la Orden, he estado siempre convencido que ésta encerraba el conocimiento de un fin posible y capaz de satisfacer la honestidad humana. De acuerdo a ésta idea, he trabajado sin descanso por descubrirlo. Un estudio continuado de más de veinte años, una correspondencia particular y muy extensa con hermanos instruidos de Francia y fuera de ella, la custodia de los archivos de la Orden en Lyon, confiada a mi cuidado, me han procurado buena cantidad de medios para mis propósitos...”.

A efectos del estudio de los “altos grados” de los que iba teniendo conocimiento, constituyó una suerte de “laboratorio”, un capítulo reservado a una “pequeña sociedad”: el capítulo de los Caballeros del Águila Negra, del que confió la presidencia a su hermano Pierre-Jacques.

El objeto de sus investigaciones, es decir, el verdadero fin de la Francmasonería, le fue revelado cuando fue admitido, en marzo de 1767, por Martínez de Pasqually en persona, en su Orden de los Caballeros Masones Elegidos Cohen del Universo. En otra carta, igualmente de 1772, a otro dignatario de la Estricta Observancia, el barón Landsperg, Willermoz se explica con discreción pero con nitidez: “Ciertas felices circunstancias me procuraron la ocasión durante mis viajes de ser admitido en una sociedad, bien estructurada y no muy numerosa, cuyo objetivo me sedujo, ya que me fue presentado fuera de las reglas ordinarias. Desde entonces, todos los sistemas restantes que yo conocía (pues no puedo juzgar los que no conozco) me parecieron fútiles y repulsivos. Es el único en que he encontrado esa paz interior del alma, la mayor ventaja de la humanidad, relativa a su ser y a su principio.” De hecho, convencido de haber descubierto la verdad de la Masonería, Willermoz no la dejará jamás y, en despecho de las apariencias y a lo que se haya pretendido, permanecerá fiel a su iniciador Martínez, a su doctrina y a su Orden.

Después de haber sido recibido, como bien acaba de decir, en el curso de una ceremonia plena de emoción (ceremonia que Willermoz relataría en 1781 a Charles de Hesse), el Gran Soberano, que había descubierto sus capacidades, lo nombra poco después “Inspector General del Oriente de Lyon y Gran Maestro del Gran Templo de Francia”. En mayo de 1768, el Sustituto Universal de la Orden de los Elegidos Cohen, Bacon de la Chevalerie, lo ordena Réau-Croix, pero como fuere que esta ordenación se llevó a cabo sin la autorización de Martínez, éste planteó dudas sobre su perfecta regularidad, por lo cual decidió confirmarla dos años más tarde, en 1730, por la “vía simpática”, es decir, a distancia, método frecuentemente utilizado para las operaciones de los Elegidos Cohen, especialmente durante los trabajos del equinoccio.

Willermoz se tomó muy en serio las funciones que le habían sido conferidas y, meticuloso como era, fue entre los discípulos de Martínez el que más le presionó por obtener los rituales, instrucciones y otros documentos necesarios a los Cohen para poder trabajar. A este respecto, su correspondencia con Saint-Martin, a la sazón secretario de Martínez, es de lo más interesante, incluyendo las notas establecidas por Willermoz para la práctica de los rituales Cohen. En contra de la regla que él mismo se había impuesto para los otros sistemas – incluyendo el suyo, el Régimen Escocés Rectificado – conservó la dirección del Templo de Lyon, manteniéndolo en actividad desde poco después de la disgregación de la Orden de los Elegidos Cohen, hasta los primeros desórdenes de la Revolución. Prueba del respeto reverencial que Willermoz otorgaba a la obra de su maestro, es que nunca aportó el más mínimo cambio a la Orden de los Elegidos Cohen que dejó completamente al margen de su gran empresa de reforma – de rectificación – de la Masonería. En fin, en lo que concierne al hombre, en despecho de los tira y afloja o diferencias recíprocas, inevitables por otra parte en personas de naturaleza y carácter tan característicos y contrastados, le tuvo siempre la mayor de las consideraciones en tanto que maestro iniciador, escribiendo en este sentido, en 1821, en su ya extrema vejez: “...éste hombre extraordinario como no he conocido otro igual.” 

Y es que Willermoz había hecho suya de entrada, y para siempre, la doctrina de la reintegración, doctrina que desde entonces estimó que debía ser, y debía serlo para siempre, la base de la Masonería primitiva y auténtica. Si acaso esta doctrina era ausente de tal o cual sistema masónico, ello era la señal inequívoca de que éste era de naturaleza “fútil o repulsivo” o incluso “apócrifo”, decía, tomando prestado el término y la idea de Martínez. 


El descubrimiento de la doctrina de Martínez no disuadió en absoluto a Willermoz de continuar sus investigaciones sobre todos los sistemas masónicos que caían en su mano, y de solicitar también a sus numerosos corresponsales, a menudo príncipes, como era el caso de Charles de Hesse, el intercambio de “luces” sobre los mismos. Pero se ha confundido completamente el sentido de estas investigaciones, que se han presentado como una búsqueda incesante y siempre inacabada de la verdad. Nada más erróneo. Ésta verdad, Willermoz estaba convencido de haberla recibido, y ella le satisfacía por entero. Si continuaba buscándola más allá de la Orden de Martínez, era absolutamente en otro sentido: su intención era reunir en un solo manojo todos los sistemas masónicos auténticos, auténticos por que por hipótesis, comportaban la misma doctrina, o mejor aún, retomando una imagen que Willermoz utilizaba a menudo, por reunir las ramas salidas de un mismo tronco. Esta “reunión general de todos los ritos y sistemas masónicos” era una idea que perseguía desde hacía largo tiempo, y que expuso públicamente ante el Convento de Wilhelmsbad, idea que encuentra eco en la titulación oficial de las Logias del Régimen Escocés Rectificado, que no es otro que: “Logias Reunidas y Rectificadas”.

Es en este sentido y no en otro como hay que interpretar su adhesión y la de los grupos de los que era su principal inspirador, en Estrasburgo y en Lyon, y en la Estricta Observancia, dicha también Masonería reformada o rectificada de Dresde. No obstante, esta adhesión con la Estricta Observancia alemana se hizo sobre la base de un completo equívoco: cuando el barón de Weiler, emisario de Charles de Hund, hablaba de “restablecer la Orden a su primer estado”, éste entendía por ello el restablecimiento de la Orden del Temple abolida en 1313, mientras que Willermoz sobreentendía en sus palabras el retorno a la Masonería primitiva tal como Martínez enseñaba. Más adelante, Willermoz le confesaría a Charles de Hesse haberse sentido “caer del nimbo” al encontrarse, para sorpresa suya: “ante un sistema (la Estricta Observancia) sin bases y sin pruebas” y con una “profunda ignorancia sobre las cosas esenciales”. La prueba – si acaso hay necesidad de ella – del valor que Willermoz daba a la doctrina de Martínez es que, después de la partida a Santo Domingo del Gran Soberano, y de su inesperada muerte, sintió la viva necesidad de organizar en su casa de Lyon, de enero de 1774 a octubre de 1776, unas “instrucciones” o “lecciones” de las que tanto Saint-Martin, como Hauterive o él mismo participaron, como instructores o como secretarios de sesión.


Es en este sentido y no en otro como hay que interpretar su adhesión y la de los grupos de los que era su principal inspirador, en Estrasburgo y en Lyon, y en la Estricta Observancia, dicha también Masonería reformada o rectificada de Dresde. No obstante, esta adhesión con la Estricta Observancia alemana se hizo sobre la base de un completo equívoco: cuando el barón de Weiler, emisario de Charles de Hund, hablaba de “restablecer la Orden a su primer estado”, éste entendía por ello el restablecimiento de la Orden del Temple abolida en 1313, mientras que Willermoz sobreentendía en sus palabras el retorno a la Masonería primitiva tal como Martínez enseñaba. Más adelante, Willermoz le confesaría a Charles de Hesse haberse sentido “caer del nimbo” al encontrarse, para sorpresa suya: “ante un sistema (la Estricta Observancia) sin bases y sin pruebas” y con una “profunda ignorancia sobre las cosas esenciales”. La prueba – si acaso hay necesidad de ella – del valor que Willermoz daba a la doctrina de Martínez es que, después de la partida a Santo Domingo del Gran Soberano, y de su inesperada muerte, sintió la viva necesidad de organizar en su casa de Lyon, de enero de 1774 a octubre de 1776, unas “instrucciones” o “lecciones” de las que tanto Saint-Martin, como Hauterive o él mismo participaron, como instructores o como secretarios de sesión.

Sin embargo, como se suele decir, no hay mal que por bien no venga. El perfecto conocimiento que Willermoz tenía del panorama masónico francés y europeo le llevó rápidamente a la conclusión de que el sistema de Martínez era verdaderamente demasiado heterogéneo en relación a la Masonería de su tiempo para poderse implantar de manera duradera, y con mayor motivo para suplantar las otras. Ello obedecía, en el fondo, a la doctrina y, en la forma, al hecho de que el sistema de Martínez era en realidad una crypto-masonería, o si se nos permite decirlo, una “Masonería más allá de la Masonería”. En cualquier caso, de acuerdo con Willermoz, la doctrina era la única verdadera, la única con capacidad para expresar la auténtica verdad de la Masonería. 

Fue entonces cuando tuvo la genial idea de constituir su propio sistema que transmitiría, a la vez por la enseñanza y por la iniciación, ésta verdad y que, por añadidura, protegería en su fuero interno la Orden de los Elegidos Cohen. El resultado fue el Régimen Escocés Rectificado, que sería oficialmente sancionado, a nivel de Francia, por el Convento de las Galias, hecho en Lyon entre noviembre / diciembre de 1778, luego a nivel internacional, por el Convento de Wilhelmsbad, en Alemania, entre agosto / septiembre de 1782. Éste Régimen está dotado de una arquitectura concéntrica, compuesta por sucesivos círculos, que son en número de tres: La Clase Simbólica u Orden Masónica, con sus cuatro grados de: Aprendiz, Compañero, Maestro y Maestro Escocés; La Orden Interior, la cual es caballeresca, con sus grados, o quizá mejor etapas, de Escudero Novicio – que es un período de prueba – y Caballero Bienhechor de la Ciudad Santa. Estos dos primeros círculos constituyen lo que Willermoz denomina las “clases ostensibles” del Régimen. Ellas contienen lo esencial de las formas exteriores o grados masónicos y caballerescos en vigor en Francia y Alemania (usos de lo que se llamará más tarde el Rito francés, grados “escoceses”, Estricta Observancia), mediante las adaptaciones nada deleznables exigidas por la doctrina.

Viene a continuación un tercer círculo, la “Clase Secreta” de la Profesión y Gran Profesión, capital innovación de Willermoz, en la que “los Hermanos de las clases inferiores que sean juzgados dignos son iniciados, después de las pruebas requeridas, en el conocimiento de los misterios de la antigua y primitiva Masonería y son reconocidos aptos para recibir la explicación y el desarrollo final de los emblemas, símbolos y alegorías masónicos” (Art. 1º de los Estatutos).

Estos tres círculos o clases constituyen el Régimen Escocés Rectificado. No obstante, engastado en su corazón, se encuentra un cuarto círculo, protegido bajo el velo del misterio, y que es el non plus ultra: la Orden de los Elegidos Cohen. Pero no es posible ninguna confusión. Aunque situada en el centro del Régimen Rectificado, la Orden Cohen no es el Régimen Rectificado; pasando del uno a la otra se cambia a un mundo distinto. En particular, Willermoz se apresuró a proscribir en las clases del Régimen todo lo que pudiera aparentar el menor resquicio de prácticas teúrgicas, como por ejemplo la cábala o la alquimia, siendo estas prácticas exclusivas de la Orden Cohen.

Lo que en contrapartida, tanto la Orden Cohen como el Régimen Escocés Rectificado tienen en común, es la doctrina de la reintegración, esta “ciencia del hombre”, tomando la expresión de Joseph de Maîstre, que la Masonería tiene por función enseñar y poner en práctica iniciáticamente. Su substancia iniciática, y por consecuencia, su ritual iniciático, están enteramente fundamentados sobre: 1) la caída del hombre de su estado glorioso original, y 2) su retorno, su reintegración, por medio de la iniciación a ese estado primitivo, iniciación, que para poderse operar exige la intercesión y la acción del “Gran Reparador”, que es el Cristo.

La doctrina de la reintegración, Willermoz la ha recibido de las enseñanzas de Martínez. Pero la recibió también de la lectura de las enseñanzas de los Padres de la Iglesia. En efecto, lo que no es muy conocido, es que Willermoz tenía una sólida cultura religiosa; fue educado en los Jesuitas, y a pesar de su precoz actividad profesional, no dejó nunca de tratar de instruirse, lo que podía hacer con facilidad pues contaba con varios clérigos en su propia familia, por no hablar de su entorno masónico. Es así, que el fondo masónico de Lyon conserva sus notas de lectura sobre los Padres de la Iglesia, en particular los Padres griegos (cuyas traducciones eran menos raras de lo que se cree comúnmente). Ahora bien, el tema de la caída y la reintegración es lo que los Padres han expresado, según san Ireneo de Lyon, por el tema de la “imagen y semejanza”. El hombre ha sido creado a imagen de Dios y según su semejanza; la caída le ha hecho perder la semejanza, pero la imagen, huella divina, permanece inalterable; queda pues readquirir o reconquistar la semejanza. Tal es el objeto y el fin de la iniciación: el retorno de la deformidad a la conformidad, del estado caído al estado anterior a la caída.

Todo el sistema elaborado por Willermoz, es decir, el Régimen Escocés Rectificado, está modelado, y sus formas adaptadas, para permitir a la iniciación operar de ésta manera.

Además, Willermoz, convencido de que la inteligencia es un talento recibido de Dios – talento que según la parábola evangélica, el hombre tiene la obligación de hacer fructificar – dobla el proceso iniciático por un proceso pedagógico: redacta una serie de “instrucciones” que se suceden de grado en grado, a fin de exponer gradualmente y de manera cada vez más clara y completa esta doctrina de la reintegración en todos sus aspectos, no ya solamente antropológicos, sino también cosmológicos y teosóficos. Estas instrucciones culminan en la Instrucción secreta a los Grandes Profesos, donde estalla su genio metafísico, como también por otra parte en las instrucciones de las “lecciones de Lyon” que son de su cosecha; ya que da de la metafísica de Martínez una presentación particularmente luminosa.

Las mismas cualidades: lógica, claridad, sentido de los matices, calidad de expresión, caracterizan el Preámbulo, verdadero discurso/programa que pronunció ante el Convento de Wilhelmsbad, el 29 de julio de 1782, a fin de presentar a la vez el Régimen y su inspiración. Willermoz estaba verdaderamente dotado tanto para los conceptos y la escritura como para la organización; era con evidencia un espíritu de primer orden.

Lo que sin embargo resulta importante remarcar con fuerza es que Willermoz nunca reconoció ser el verdadero autor de las instrucciones de las que era redactor, siempre creyó, al igual que afirmaba Martínez, no hacer más que transmitir una muy antigua tradición, casi inmemorial.

De hecho, tanto para uno como para el otro, ésta tradición, es decir, a la vez la doctrina, que es la ciencia del hombre, ciencia de la reintegración del hombre y la iniciación que va con ella, son el hecho de un único “Alto y Santo Orden”, cuyo origen es tan antiguo como el mundo, y del que, tanto la Orden de los Elegidos Cohen como el Régimen Escocés Rectificado, son simples manifestaciones temporales, de ahí su harmonía de alguna manera preestablecida. Alto y Santo Orden, cuya función es la de restablecer el verdadero Templo, el templo del Hombre donde reside el Espíritu, por y en Cristo – otra manera de describir la reintegración.



Jean Baptiste Willermoz
Blasón de CBCS
Eques Ab Eremo
(Caballero Bautista del Desierto)
Divisa
"Vox in deserto"

Fuente
http://armorial-maconnique.fr/

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Sobre el Autor


Jean-François Var, después de brillantes estudios secundarios, ingresó a la edad de 20 años en la prestigiosa Escuela Normal Superior.

A nivel profesional, ha desarrollado toda su carrera en el Senado de República Francesa, retirándose al frente del Secretariado de sesiones. Es en la actualidad director honorario del servicio. Paralelamente, y a nivel eclesiástico, ha recibido las órdenes menores y mayores en la Iglesia ortodoxa.

Fue ordenado diácono en 1985 y luego sacerdote en 1998. Es arcipreste de la Iglesia ortodoxa de Europa. Es así mismo profesor de liturgia y espiritualidad en el Instituto de Teología Ortodoxa Saint-Melanie.

Iniciado en masonería en 1977, y luego «rectificado» en 1982, ha sido durante 20 años Gran Limosnero del Gran Priorato de las Galias/Órdenes de los Caballeros Masones de Francia, regente en Francia del Régimen Escocés Rectificado.

Desde el año 2013, es consejero de honor del Gran Maestro Nacional. En el seno del Gran Priorato de las Galias, es Caballero Bienhechor de la Ciudad Santa, Gran Cruz de la Ciudad Santa, Caballero del Temple y de Malta, Gran Capellán de la Orden del Temple y Malta, y Soberano Príncipe Rosa+Cruz del Rito Francés.

Ha publicado y pronunciado más de cien artículos y conferencias sobre temas masónicos (principalmente sobre el Régimen Escocés Rectificado), martinistas y martinezistas, al igual que temas teológicos y religiosos.




















miércoles, 20 de febrero de 2019

Willermoz y los suyos por Jean-François Var


árbol genealógico de la familia Willermoz

Fuente: Libro Jean-Baptiste Willermoz, su obra

de Jean-François Var

traducción de

Ramón Martí Blanco




Capítulo

WILLERMOZ Y LOS SUYOS

página 13



Por
Jean-François Var



Nacido el 10 de julio de 1730, en Lyon,muerto en la misma ciudad después de 94 años, el 29 de mayo de 1824, era el menor de una familia de trece hermanos, de los cuales solamente tres cuentan en la historia masónica (al igual que en la historia a secas, puesto que, salvo su existencia, no sabemos nada más de los otros, excepto que, parece ser, uno de ellos era clérigo):

1º - Su hermana mayor, la futura Sra. Provensal, con la cual su vida transcurrirá estrechamente ligada. Viuda a los pocos años de su matrimonio, cuidó del gobierno de la casa a lo largo de un celibato prolongado hasta que se produjo el matrimonio de Willermoz en 1796 con una huérfana, Jeanette Pascal: el esposo tenía por aquel entonces 65 años y la esposa 24... La estrecha relación entre los dos hermanos prosiguió hasta la muerte de la Sra. Provensal en 1810, y todos aquellos que frecuentaron el hogar de Willermoz o residieron en él algunos días, han guardado de ella el mejor recuerdo, caluroso y agradecido; como es el caso de Saint-Martín, y muchos otros. Privilegiada confidente de Willermoz, este no le ocultaba nada y lo compartía todo con ella, hasta la hizo entrar en la Orden de los Elegidos Coens de Martínez de Pasqually, donde fue recibida como "maestro coen", ya que esa Orden era mixta.

2º - El futuro doctor Pierre-Jacques Willermoz (1735-1799), del que volveremos a hablar más adelante.

3º - Y finalmente Antoine Willermoz (1741-1793), ejecutado durante el Terror que siguió a la toma de Lyon por la Convención, después de que la ciudad se sublevara para defender a los Girondinos. De los dos, Pierre-Jacques parece haber sido el más próximo a Jean-Baptiste. No obstante, ambos estuvieron asociados de cerca -se quiera o no, todo prueba que Willermoz tenía una fuerte personalidad dominadora, por no decir despótica- en sus empresas masónicas y para-masónicas.

Para terminar con su entorno familiar, apuntamos que el matrimonio de Jean Baptiste Willermoz, aparentemente desequilibrado (cuarenta años de diferencia entre los esposos, aunque la cosa no era tan rara por aquel entonces) le aportó grandes pesadumbres. No porque fuera desdichado en su vida matrimonial, antes al contrario, pero al cabo de siete años, en 1804 (Willermoz tenía entonces 74 años) la Sra. Willermoz dio a luz una niña que sólo vivió algunos días; al año siguiente alumbró un niño; y, en fin, en 1808 un parto prematuro le quitó la vida. Así pues, "después de doce años de felicidad sin queja" (según sus propias palabras), Willermoz se encontró viudo a los 78 años con la carga de un niño de 3 años (había nacido el 20 de septiembre de 1805) en quien depositó todas sus esperanzas.

Con vistas a la instrucción futura de su hijo, Willermoz redactó a la sazón importantes documentos: nueve cuadernos clasificados en sus archivos bajo el título general siguiente: "Instrucción particular y secreta a mi hijo, para serle comunicada cuando tenga la edad de perfecta virilidad, si es que entonces se muestra digno de recibirla" (en la actualidad en el fondo Kloss de la biblioteca del Gran Oriente de Holanda, en La Haya). Estos textos, en los que Willermoz expone sus concepciones religiosas y metafísicas -las cuales, como veremos, están estrechamente ligadas- son de un interés capital, en tanto que se expresa tal como él es, al no tener necesidad de disfrazar su pensamiento por razones de política masónica.

Pero he aquí, que el 23 de octubre de 1812, es decir contando solamente 7 años de edad, el pequeño Jean-Baptiste-François de Sales-Claudius, que parecía lleno de vida (en su carta del 10 de septiembre de 1810 a Charles de Hesse, Willermoz lo describía como "muy bien constituido"), muere súbitamente sin que nada lo dejara preveer. ¡Qué golpe!, para ese anciano de 82 años que, en el espacio de cuatro años, había perdido a su querida esposa, a su hermana no menos querida, y finalmente a su hijo, "la niña de sus ojos" como él gustaba decir.

Por tanto, sólido como una roca, casi ignorante de las enfermedades -salvo un temblor nervioso de sus manos, aparecido hacia los 70 años y que se fue agravando hasta el punto de dejarlo prácticamente incapaz de escribir por sí mismo y obligarlo a recurrir a los buenos oficios de su sobrino- sobrevivió aún doce años, hasta la edad, como antes hemos dicho, de casi 94 años.

A partir de aquel momento, ya sin descendencia directa, volvió su afecto y sus esperanzas, principalmente masónicas, hacia su sobrino, hijo de Antoine, y que debería ser su ahijado, puesto que también se nombraba Jean-Baptiste. Este le sirvió a menudo de secretario: él fue, por ejemplo, quien redactó bajo el dictado de su tío la larga carta de fecha 10 de septiembre de 1810 por la cual este último vuelve a ponerse en contacto, después de quince años de interrupción, con Charles de Hesse, y le da noticias (preciosas para nosotros) del Régimen Rectificado en Francia:

"Mi mano, después de las fuertes sacudidas morales que he sufrido, me niega su servicio para toda escritura continuada. Estoy obligado a tomar prestada la de mi sobrino (a Lilio Albo) hijo de mi hermano (a Concordia), para escribir bajo mi dictado; siendo Caballero y Gran Profeso, es del único de quién me puedo servir para mis escritos confidenciales; pero encontrándose excesivamente ocupado en sus asuntos todo el día, sólo me puede dedicar de tanto en tanto ciertos momentos siempre demasiado cortos".

Sin embargo, su sobrino no tenía realmente la fibra masónica, y es de suponer que había aceptado el dejarse iniciar en todos esos secretos por complacer a su tío. Lo cierto es que éste último debería verse defraudado en sus esperanzas, puesto que a fin de cuentas, su heredero masónico fue Antoine-Joseph Pont (hijo de un amigo de su hermano Antoine, y al único que junto a su sobrino Jean-Baptiste, inició Willermoz después de la Revolución Francesa). Es a él, en efecto, a quién hará legatario de todos sus archivos y documentos.

Para terminar con la familia Willermoz, y enlazar por ahí con su profesión, es preciso decir algunas palabras de su padre. Claude-Catherine Willermoz, oriundo de Saint-Claude, en el futuro departamento del Jura, había emigrado a Lyon a principios de siglo y ejercía la profesión de "comerciante de mercería". Los Willermoz son, pues, modelados por esa "atmósfera" lionesa, de ahí las características que se revelaron en el carácter de Jean-Baptiste: obstinación, gusto por el secreto, pero a la vez don de gentes, sentido para los negocios y para las relaciones...


Acerca del Autor del Libro
Jean-François Var


Fuente Editorial MASONICA.ES

Jean-François Var, después de brillantes estudios secundarios, ingresó a la edad de 20 años en la prestigiosa Escuela Normal Superior. A nivel profesional, ha desarrollado toda su carrera en el Senado de República Francesa, retirándose al frente del Secretariado de sesiones. Es en la actualidad director honorario del servicio. Paralelamente, y a nivel eclesiástico, ha recibido las órdenes menores y mayores en la Iglesia ortodoxa. Fue ordenado diácono en 1985 y luego sacerdote en 1998. Es arcipreste de la Iglesia ortodoxa de Europa. Es así mismo profesor de liturgia y espiritualidad en el Instituto de Teología Ortodoxa Saint-Melanie. Iniciado en masonería en 1977, y luego «rectificado» en 1982, ha sido durante 20 años Gran Limosnero del Gran Priorato de las Galias/Órdenes de los Caballeros Masones de Francia, regente en Francia del Régimen Escocés Rectificado. Desde el año 2013, es consejero de honor del Gran Maestro Nacional. En el seno del Gran Priorato de las Galias, es Caballero Bienhechor de la Ciudad Santa, Gran Cruz de la Ciudad Santa, Caballero del Temple y de Malta, Gran Capellán de la Orden del Temple y Malta, y Soberano Príncipe Rosa+Cruz del Rito Francés. Ha publicado y pronunciado más de cien artículos y conferencias sobre temas masónicos (principalmente sobre el Régimen Escocés Rectificado), martinistas y martinezistas, al igual que temas teológicos y religiosos.


Acerca del Traductor del Libro
Ramón Martí Blanco



Fuente Editorial MASONICA.ES


Barcelona, 6 de junio de 1952, diseñador gráfico, graduado en Artes Aplicadas y Oficios Artísticos, técnico publicitario y de Artes Gráficas. Su actividad profesional ha girado siempre en torno al mundo de la comunicación visual, publicidad y artes gráficas, trabajando profesionalmente en distintas agencias de publicidad y por cuenta propia. En la actualidad, dirige una oficina comercial, ofreciendo servicios de impresión y artes gráficas a editoriales del mercado francés para que fabriquen sus libros en España. De su amplio perfil masónico destaca su calidad de Caballero Bienhechor de la Ciudad Santa (C.B.C.S.) del R.E.R., Caballero Príncipe Rosa Cruz del Rito Francés, Gran Maestro Emérito del GRAN PRIORATO DE HISPANIA, Obediencia Masónica y Caballeresca, practicante del sistema masónico conocido por Régimen Escocés Rectificado y de los Altos Grados del Rito Francés. Es conferenciante habitual de temas relacionados con la masonería y la tradición, la masonería cristiana y la historia de la masonería. Coautor del libro LA MAÇONERIA DELS ORÍGENS AL FUTUR, prologuista de la obra La Justa i Perfecta Lògia TAU a l’Orient de Barcelona y autor de múltiples artículos publicados en diferentes medios. Asimismo es traductor de gran cantidad de libros masónicos, entre los que destacan los CUADERNOS VERDES, núms. 1, 2 y 3 del G.P.D.G.; LA FRANCMASONERIA de Joseph de Maîstre; JEAN-BAPTISTE WILLERMOZ, SU OBRA de Jean-François Var; EL ESOTERISMO DEL GRADO DE MAESTRO ESCOCÉS DE SAN ANDRÉS EN EL R.E.R. de Roland Bermann, EL LENGUAJE SECRETO DEL BLASÓN de Gerard de Sorval; LA VÍA CABALLERESCA Y LA INICIACIÓN REAL EN LA TRADICIÓN CRISTIANA de Gerard de Sorval (prefacio de Jean Tourniac); ECCE HOMO de Louis-Claude de Saint-Martin; EL HOMBRE DE DESEO de Louis-Claude de Saint-Martin; RENÉ GUÉNON Y EL RITO ESCOCÉS RECTIFICADO de Jean-Marc Vivenza; LA VIA DEL BLASON - Pascal Gambirasio; RENÉ GUÉNON Y EL RITO ESCOCÉS RECTIFICADO - Jean-Marc Vivenza; LA TRADICIÓN MASÓNICA - Robert Amadou; HISTORIA DEL GRAN PRIORATO DE LAS GALIAS - Jean-Marc Vivenza; LA FRANCMASONERÍA A LA LUZ DEL VERBO. El Régimen Escocés Rectificado - Jean-François Var.





















Decreto de Creación del Triángulo Masónico Rectificado "Jerusalén Celeste N°13"

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